Por: Vicente-Gicela Moreno
En México
está en curso uno de los programas más importantes para ayudar a la
recuperación de nuestros ecosistemas: La Campaña Nacional de Reforestación
2015.
Su importancia es mayor cuando reconocidas organizaciones
ponen la voz de alarma de que en México la tasa de deforestación era, tan solo
para el 2009, de alrededor de 500 mil
hectáreas al año, es decir, un ecocidio masivo desenfrenado.
En este tipo de campañas, debe involucrarse la ciudadanía de una manera decidida para
tener una mayor posibilidad de tener éxito en la tarea de recuperar y/o mejorar el estado de
nuestros sistemas naturales o ecosistemas, iniciativa que se ha llevado a cabo
desde hace ya muchos años y que encabezan hoy en día importantes dependencias
como la CONAFOR y la SEMARNAT. En la
reforestación, como en muchas otras áreas de la vida, pueden mencionarse
casos de éxito completo y otros donde no se ha logrado el objetivo deseado (las
mismas organizaciones hablaban de tasas de éxito de apenas el 10 % en el 2009) de modo que hay regiones y
poblados donde los árboles sembrados no se logran en su totalidad. ¿Cuáles son
las causas de que esto ocurra?
En Geovida quisimos
hacer un paquete de consejos prácticos con el fin de ayudar a quienes no pudieran o no tuvieran la oportunidad de
recibir la orientación de los expertos forestales, para que esta noble campaña obtenga los
resultados que todos necesitamos que tenga.
1.-
Elegir la especie de árbol apropiada y forma de
siembra: Es más recomendable voltear a ver los árboles nativos (aun los silvestres que para muchos
podrían carecer de valor comercial) que existen y subsisten en el ecosistema del lugar
y obtener cientos de ellos para poder sembrar en dicha área o región. Con ellos
se tiene la ventaja de que son especímenes adaptados a las condiciones del
lugar (aún las adversas). Ejemplo: sembrar mangles y palmeras en áreas
costeras, pinos y encinos en zonas montañosas, guajes y robles en zonas de llanura.
En cuanto a la forma de siembra, será importante no quitar el
pilón o cepellón de tierra a la raíz de la planta, no cubrir el hoyo con el material excavado de la hoyadura, si éste
está duro y seco, sino con tierra más suelta que puede estar compuesta por una
mezcla de arena, materia vegetal podrida y
tierra común (si el material excavado presenta estas características sí
puede utilizarse), hacerle una terraza individual en áreas inclinadas, o
retenes de piedra en áreas con cárcavas, sembrarlas en hoyos más enterrados en
lugares de baja precipitación, etcétera.
2.- Época y Horario de la siembra: Lo más aconsejable es realizar la siembra con la temporada de lluvias
corriendo o al principio de otra época húmeda como puede ser la de
otoño-invierno para algunos lugares del país, eso nos garantiza que los
arbolitos tendrán el suficiente aporte de agua, sobre todo en las semanas y
meses iniciales. Al realizar la siembra es importante escoger el momento ideal
y éste podría estar en los momentos en que la radiación solar no sea tan
intensa, ya sea muy temprano o por la tarde cuando el sol va bajando , todo con
el propósito de reducir el impacto de la radiación solar a las plantas antes de
su siembra y después de ésta.
3.- Cuidar más allá de la siembra:
La tarea de reforestar no termina con la siembra del árbol, de hecho apenas
comienza, el árbol recién sembrado requiere de cuidados intensivos en la
primera semana, luego en los primeros 3 meses y posteriormente a lo largo de
los dos primeros años, al menos. Hay quienes siembran y dejan a su suerte a los
arbolitos, siendo así como cientos de miles de ellos se pierden por falta de
agua, por daños físicos, no superando muchos de ellos los primeros meses, ya
que se dejan sin darles el mantenimiento que requieren, lo que ocasiona que se
pierdan gran cantidad de individuos al morir por falta de cuidados, muriendo un
alto porcentaje y sobreviviendo tan solo el 10 % del total sembrado [según lo
señalado por Greenpeace en base a un estudio realizado por académicos de la
Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)].
4.- Riego y horario de riego: Como
una parte muy importante del proceso de lograr el éxito de un arbolito
sembrado, es el regarlo con agua diariamente en los lugares que son más secos o en los
lugares sub-húmedos en donde se presenta una estación de seca (sea después del
trasplante o como mantenimiento durante su etapa de crecimiento); éste riego
debe hacerse, ya sea muy temprano o por la tarde cuando el sol va disminuyendo
para evitar que se escape la humedad vía la evaporación y que ésta acción queme
las raíces y cuerpo de la planta al reaccionar con el suelo caliente y con la
planta misma que han estado expuestos a la intensidad de la radiación solar.
5.- Prevención y protección
contra desastres: Cuando el árbol sembrado ya ha prendido y se está
desarrollando (y ya estando desarrollado), deben tomarse medidas para
protegerlos contra los desastres que los amenazan como son los incendios
forestales, sequías, heladas, etcétera, y de esta manera evitar que sean afectados por estos eventos
que pueden amenazarlos seriamente hasta el punto de causarles la muerte si son
demasiado severos.
Una situación muy preocupante es la deforestación desmedida
que está causando estragos en las poblaciones boscosas originales; es por ello
que se instauró el Día del árbol, en el cual la CONAFOR-SEMARNAT pretenden este
año 2015 reforestar 170 mil Hectáreas sembrando 190 millones de árboles, con la
finalidad de restaurar las áreas afectadas por esta situación.
Referencias
Olmedo, Jorge. “Cada año se pierden 500 mil hectáreas de
bosques y selvas”, El Sol de México ,
sección El Mexicano. 31 de julio de 2009
http://www.oem.com.mx/elmexicano/notas/n1266654.htm [Revisado el 14/08/2015]
SEMARNAT. “Inicio de la Campaña de Reforestación 2015 ‘Día del Árbol’ ” http://www.semarnat.gob.mx/video/inicio-de-la-campana-de-reforestacion-2015-dia-del-arbol [Revisado el 14/08/2015]
No hay comentarios:
Publicar un comentario