viernes, 17 de enero de 2014

De padres a hijos

Malos hábitos ambientales que heredamos y heredamos

Por: Geovida A.C.

Ha llegado el nuevo año y con él el mes de Enero, el mes de los Reyes Magos… mes de los niños. En este mes  que se cumplen los sueños y deseos de muchos de ellos, queremos hacer un alto para invitar a los adultos, a los papás de todos los niños, a reflexionar sobre muchos hábitos y costumbres que nosotros hemos recibido sin saber si son correctas o no, mismas que les estamos trasmitiendo a nuestros niños, sembrando en ellos  estas incorrecciones  y desatinos que siguen creciendo y dañando nuestro ambiente, comprometiendo las condiciones de la naturaleza para su futuro.

El mejor regalo

Enseñando a los niños el cultivo de los arboles
En este mes todos los papas se preocupan más sobre qué le van a regalar a sus hijos con motivo del Día de Reyes. Los niños hacen una larga lista de cosas, propias del consumismo en que vivimos inmersos, de modo que un papá se preocupa por cuál juguete electrónico con luces le comprará, cuál muñeca que habla o cuál elegante juego de cocina obsequiará, o también, cuál celular o ipod de moda será el mejor regalo para darles. La pregunta sería, ¿realmente es esto el mejor regalo que les podemos obsequiar?, ¿un juguete les garantizará un mundo más saludable en el cual vivir? ¿Les garantizará poder tener recursos abundantes como aire puro, agua limpia, áreas arboladas, infinidad de plantas comestibles y medicinales, infinidad de animales, entre tantos recursos más, de los cuales poder disponer de manera ilimitada?
Obsequiarles cosas que les gustan a los niños es algo bonito y no lo desestimamos, pero es importante no limitarse a regalarles solo objetos de beneficio temporal sino complementarlos con elementos que les ayuden a crear conciencia ambiental, elementos que les ayuden a conservar sus recursos y poder disfrutar, tanto de ellos,  como de todas las bondades que nos brinda la naturaleza, elementos que les sirvan para el resto de su vida.
Niño conviviendo con la naturaleza
Estos elementos importantes que deberíamos preocuparnos en regalarles no son otros que  conocimientos y buenos hábitos, para poder entender y ayudar a la naturaleza, con lo cual estamos sembrando las bases para una vida respetuosa con el ambiente y más sana para ellos y para todos.
  
Costumbres y malos hábitos que heredamos

Desde niños, muchos adultos han crecido siguiendo los hábitos y costumbres que nos enseñaron y vimos realizar a nuestros padres, a familiares y conocidos adultos creyendo que por ser adultos ellos estarían haciendo lo correcto, pero ¿realmente todas esas acciones y tareas que nos enseñaron y que tienen que ver con la naturaleza y nuestro ambiente, son correctas y dignas de trasmitirlas a los niños de hoy para que a su vez ellos las trasmitan a los niños del futuro? Revisemos algunas de ellas y seguramente varias de ellas te resultaran muy familiares.

  • Tira la basura lejos. Arrojar la basura en otros lugares es un mal hábito que repetimos y enseñamos de manera indebida. Si nosotros eliminamos la basura es para evitar un problema de contaminación. No enseñemos a contaminar otros lugares
  • Hay que matar esa culebra. Los miedos e ignorancia de las personas los hace creer que matar animales por su aspecto es algo inteligente. Muchas culebras que conocemos no representan peligro alguno dado que no todas son venenosas y sí cumplen una función necesaria en la naturaleza como cazar ratones y controlar su población. Aun siendo venenosas, éstas deben capturarse y reubicarse, no matarse.
  • Vamos a echar el drenaje al río, ahí no afecta a nadie. Es esta una de las mayores torpezas del hombre civilizado. La solución más simple y comodina que tenemos es usar los cuerpos de agua limpia (ríos, lagunas, mares) como vertederos donde dirigir nuestros tubos de drenaje. Olvidamos que  a mayor población mayor suciedad. Las aguas de drenaje deben ser tratadas y limpiadas antes de devolverlas a los cuerpos de agua.
  • ¡Cuando se acaban..hay muchos! Esta barbaridad, propia de una filosofía barata, la hemos escuchado por varios lugares cuando se cuestiona a personas, de distintas edades e  instrucción educativa, por cazar y matar animales cuyas poblaciones se han disminuido de forma alarmante o ya están en riesgo de extinguirse. Reflexionemos que a mayor población humana menos espacios para los animales de vida silvestre, a menos espacios menos nichos y hábitats, y por tanto, menor cantidad de individuos. Ideas torpes y nocivas como la anterior deben ser eliminadas. No es posible razonar como individuos de la edad de las cavernas. 
  Más malos habitos

Ejemplos claros de dos de las peores malas costumbres ambientales
 Aquí otro grupo más de esos malos hábitos y costumbres.
  • Voy a quemar el monte para que quede limpio. Muchas gentes tienen arraigada esta pésima  costumbre, cortar la maleza de un terreno y quemarla cuando seca. Las plantas verdes, incluidas las malezas, capturan de la atmósfera gases invernadero que son nocivos y los convierten en sustancias organicas útiles. Si quemamos la maleza, liberamos una cantidad mayor de gases nocivos: humo que contiene CO2, monóxido de carbono y otros gases venenosos. Esta maleza  sobre el terreno evita la erosión y al podrirse se convierte en abono para el suelo. Pensemos y dejemos de lado la flojera.
  • Júntalo todo y échalo a la basuraOtra de las pésimas costumbres. Qué triste es ver personas que revuelven restos de comida con trastes desechables, servilletas, empaques de cartón, bolsas plásticas, suciedades de mascotas, papeles del baño, pañales, toallas sanitarias, cáscaras de frutas, maleza, etcétera, creando un coctel asqueroso que resulta imposible de separar para su aprovechamiento, generándose así la basura. Los desechos (“basura”) aprovechables deben separarse para favorecer su reúso y reciclaje.
  • Vamos a quemar la basura para que no contamine.. Una idea absolutamente absurda y contradictoria. Quemar “la basura” produce todo tipo de gases venenosos que podemos ver desprenderse en forma de humo de todos colores, los cuales respiran todos los que estén cerca, y aun los que están alejados,  gracias al viento. “La basura” se separa y lo que no es útil se confina en rellenos sanitarios. “LA BASURA” NO SE QUEMA
  • Usar el WC como cesto de basura y descargar el agua para eliminarla. Otro pésimo hábito. Muchas gentes tiran papeles o cigarros en el WC y para eliminarlos descargan 10 litros de agua limpia que se desperdicia. Podemos fácilmente colocar un cesto de basura para depositar todo eso, recogerlo en una bolsa y entregarlo al camión recolector de basura. ¡Cuidemos el agua!
  • Vamos de cacería, mira el trofeo que me saquéMuchas gentes ven divertido y digno de orgullo el matar animales por el gusto insano de matar. Este gusto, realmente enfermizo, significa la pérdida y la extinción de grandes cantidades de especies animales. Las generaciones futuras tienen derecho a conocer y a aprovechar los beneficios que nos puedan brindar estos animales que están siendo  asesinados. Animales  tales como osos, venados, armadillos, rinocerontes, elefantes, aves distintas y otros, merecen subsistir y ser conocidos por las generaciones futuras en su ambiente natural, y no conocerlos en un muro (colgados) por halagar la vanidad de una o más personas inconscientes. Para poder ganar el derecho a una cacería (acción ya muy cuestionable) debemos criar los individuos en UMAS que repongan, de manera suficiente y más,  a los individuos que se sacrifiquen, con el fin de mantener saludable a cada  población animal; lo correcto es incluir a su depredador natural, que es el que cumple el papel de controlar su población, según el caso. La era del circo romano ya pasó. Razonemos.
Hasta aquí hemos logrado listar algunos de los muchos malos hábitos que hemos recibido de nuestros antecesores y que seguimos “cultivando” como si viviéramos en el medio virgen y abundante en el que vivieron nuestros abuelos y tatarabuelos. En un mundo con tanta tecnología, con tantos medios para informarnos e instruirnos, tenemos la obligación de  corregir todos esos hábitos y costumbres incorrectas y orientar adecuadamente a nuestros niños para que ellos sí hagan lo adecuado y rompan con esa cadena de errores que se han venido heredando de generación en generación.
Recuerda que en el futuro tus niños de hoy te juzgarán cuando reciban los beneficios o sufran las consecuencias de lo que hoy tú hagas.

Referencias:
 Opiniones y sugerencias de fuentes vivas.

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